Gaia está caliente: la energía geotérmica

Seguimos repasando las distintas fuentes de energía renovable, alternativas a la energía obtenida de los hidrocarburos, que pueden ofrecer la solución al problema energético a gran escala al que nos enfrentaremos en las próximas décadas. La energía geotérmica es una de las menos conocidas y utilizadas, que sin embargo alberga una potencialidad impresionante.

La energía geotérmica surge del calor procedente del interior de la Tierra, del latido vital (si queremos ponernos poéticos) de nuestro magullado planeta. Este calor se manifiesta en superficie en géiseres y aguas termales, pero también en erupciones volcánicas y semejantes. Genera unos 8000 megawatt anuales, de los que Estados Unidos es el principal productor y beneficiario, aunque la primera obtención de electricidad por esta vía se produjo en Larderello (Italia) en 1904.

geothermal

Hay diferentes maneras de aprovechar este calor, tanto para generar electricidad como para utilizarlo directamente como fuente de calefacción, en función del tipo de yacimiento que tengamos disponible (los hay de mayor o menor temperatura). Básicamente, consiste en aprovechar el vapor o agua caliente generados naturalmente para generar electricidad en las turbinas, reinyectando luego ese agua en el acuífero del subsuelo.

Ya los romanos se calentaban con la energía geotérmica

Como toda energía, esta también tiene sus desventajas (especialmente sin técnicas de reinyección). Pueden producirse emisiones peligrosas de ácido sulfhídrico, arsénico y amoniaco; provoca un cierto deterior del paisaje y alguna contaminación térmica; el transporte de energía no es sencillo; y no está disponible en cualquier lugar del globo. Además, aún no tenemos la tecnología para aprovechar el calor magmático o volcánico.

Pero sus ventajas son numerosas e innegables. Es una energía más regular que la eólica. Es muy barata y relativamente limpia (en su impacto ambiental y en las emisiones de gases y ruido). Los recursos, sin ser inagotables (se ha comprobado que la reinyección puede enfriar los yacimientos), son inmensos. Y el espacio requerido (y por tanto destrozado) es bastante menor de lo que estamos habituados en la cultura de los hidrocarburos.

Por todo lo que hemos visto, la energía geotérmica tal vez no sea la panacea, pero su utilización combinada con otras fuentes de energía, como el sol o el mar, puede ofrecer grandes resultados para mejorar el destino de la humanidad, tanto en el sentido de abaratar la energía (aunque me temo que esto depende de otros factores) como para aligerar nuestra presión suicida sobre el medio ambiente.