Desde hace unos meses el Gobierno español ha incrementado los impuestos y las tasas que tienen que pagar aquellas personas que instalaron en su día placas fotovoltaicas para producir energía. Es el conocido como “impuesto al sol” y obliga a pagar un 5 % más en la factura de la luz si se tiene una placa solar.
Cobrar por el sol, esa es la nueva apuesta del Gobierno para incrementar los ingresos que producen los impuestos, pero ¿realmente es ético? No solo es una especie de castigo a aquellas personas que han apostado por una energía limpia y renovable invirtiendo en placas y en la fotovoltaica, sino que es completamente inmoral poner un impuesto al sol, que se supone que es de todos.