En la actualidad, el mundo depende casi en su totalidad del empleo del crudo, además del carbón y el gas, respectivamente. Con el excesivo aumento del costo de estas fuentes de energía no renovables, no sólo se hizo clara la necesidad de hallar otras formas de energía, sino que además se comenzó a hacer hincapié en un mejor aprovechamiento de la energía, a causa de un uso racional y cuidadoso de la misma. De esta manera, se llegó a la conclusión que, de todas las energías renovables, la que se erigía como más segura y con mayores probabilidades de aprovechamiento era la energía solar, es decir, la obtenida de manera directa del Sol.
La energía solar es un tipo de energía renovabgrupo de energías denominadas “verdes”, las cuales provienen de fuentes respetuosas con el medio ambiente, ya que no influyen sobre él de forma negativa.
En relación a los usos de la energía solar, podríamos nombrar cientos, empezando por los hogares: acondicionamiento de aire, calefacción, purificación y calentamiento del agua, entre otros. Además, podemos mencionar el uso de hornos solares, los cuales poseen ciertos obstáculos como, aparte de la imposibilidad de cocinar con días de lluvia o nublados, la cantidad de tiempo que se necesita para cocinar con este método.
A causa de los problemas que presentaría un hogar que adquiera su energía sólo por medio del Sol, se estima en la actualidad que la mejor opción es la de suplementar la energía solar con otras energías convencionales, para no tener que depender de manera exclusiva de los días de sol. De esta manera, un hogar podría contar con un sistema de agua caliente y calefacción solar, pero con el apoyo de un sistema convencional, tanto a gas como eléctrico, que sería empleado durante los días nublados. Por ello, nada mejor que recurrir a un profesional, que se haya preparado con un curso de instalación de energía solar.